Memorias de viaje: Patagonia y Tierra del Fueogo de año nuevo 2014

Dicen que si paseas con las maletas la noche del año nuevo, viajarás mucho durante todo el año!! Cábala o no, el 27 de diciembre de 2014, seis italianos y un mexicano tomaron su equipo de moto, su casco y prepararon su equipaje para vivir el fin de año 2014/2015 de una manera muy especial: recorriendo la Patagonia y desafiando kilómetros de ripio con el sueño en mente de llegar al fin del mundo.

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Paolo y Alessia fueron los primeros en partir desde Italia con un Self Guided Tour organizado por la Ride True ADV y en 11 días recorrieron 2480 kilómetros con una Bmw R1200GS hasta llegar a Osorno donde se encontraron con el resto del grupo: Fabio, Alberto, Claudio, Eros y Enrique estaban listos para retirar sus motos junto a Gionata, Guía y Tour Coordinator. Con esto, la corte estaba lista: cuatro Bmw R1200GS, dos F800GS y una F700GS revisadas, completamente equipadas, con neumáticos nuevos y en perfectas condiciones estaban prontas para iniciar esta nueva aventura junto a Ride True ADV y a este grupo de temerarios.

A la noche, la primera cena en grupo ameritó el brindis con el pisco sour, un buen lomo vetado y tantas copas alzadas con un excelente cabernet sauvignon augurando buena fortuna para los casi 4000 kilómetros que estaban por iniciar.

A las 08 de la mañana los esperaba Mauricio ya disponiendo el vehículo de soporte con todo el equipaje, repuestos, comidas, snacks, café y bebidas, teléfono satelital y todo lo necesario con lo que Ride True ADV se compromete para cumplir con las expectativas y dar una atención de alta calidad. Después de un rico desayuno y con un día nublado, pero sin lluvia, el grupo parte rumbo hacia el primer cruce de frontera entre Chile y Argentina: el Paso Cardenal Samoré.

Todo el grupo estaban familiarizados con las motos y avanzaron rápidamente a través del Parque Nacional Nahuel Huapi donde a la hora del almuerzo disfrutaron de una panorámica increíble y con unos agradables 30°C tomaron un largo descanso frente al a ribera del lago antes de continuar rumbo a Bariloche donde pudieron aprovechar de pasear por el pueblo y gozar de los quesos, jamones y cerveza artesanal en los bares típicos. A la hora de la cena se deleitaron con la verdadera trucha patagónica acompañada de un vino blanco argentino.

Al día siguiente, disfrutaron de los hermosos panoramas, del circuito Llao Llao, las montañas nevadas, el azul profundo y los verdes encantadores del paisaje, sacaron fotos y se divirtieron con Paolo que cantaba como un verdadero hincha a Gionata: “Nenciiiniii dacci sterraaaatooo, dacci sterrato” (Nenciiiniii danos riiipiooo, danos ripio!”. Dicho y hecho; rumbo a Trevelín atravesando el Parque Nacional Los Alerces, un ripio muy cómodo les dio la bienvenida a estos siete aventureros. El grupo continuó animado y feliz de admirar los paisajes, los colores reflejados en lago, los perfiles de las montañas, los bosques y se divirtieron cruzando las pozas y salpicando el agua. Estaban contentos incluso porque la ruta ya empezaba a mostrarse como la querían ver, las curvas con ripio que desafiaban a una conducción a velocidad sostenida y un ritmo adecuado.

Antes de llegar a cada hotel de destino, Ride True ADV se encarga de coordinar la carga de gasolina en una estación de servicio cercana para tener las motos a estanque lleno listas para partir cada día sin problemas. A la cena, las copas de vino se alzaron para brindar por los primeros kilómetros de ripio recorridos y por los que venían.

El tramo desde Trevelín a Puyuhuapi es 100% ripio así que Paolo era el más contento, y en realidad todos después de pasar por la aduana, porque estaban entrando a la Carretera Austral. El grupo acostumbrado a manejar a una cierta velocidad, en ese momento bajó el ritmo para dedicarse a respirar, a mirar, a escuchar y a sentir el entorno que ofrece esta hermosa ruta rodeada de parajes vírgenes y lejanos. La vista definitivamente entusiasmaba a todos. Pero el momento zen cambió repentinamente por un hecho tragicómico protagonizado por Claudio, que mientras todos estaban cargando gasolina pasó delante de un camión y siguió de largo. Todos los demás notaron que faltaba Claudio, pero ninguno lo había visto pasar…Preocupados y con la lluvia que empezó a caer, iniciaron una búsqueda organizada hasta que de repente sonó el teléfono de Alberto: era Claudio que había llegado al hotel y los estaba esperando. Obviamente, con esto, las penitencias habían iniciado: Claudio pagaría una ronda de tragos para todos en la cena! Sin duda, una cena memorable, tanto como por la anécdota, como por el pescado que probaron, recogido y preparado por las mismas personas que atendían el restaurante.

Al llegar al hotel, disfrutaron como nunca sentados en la sala de estar frente a la chimenea, pensando en que a la mañana siguiente se acabaría el año y así pasarían también el primer día del 2015 viajando en Patagonia y Tierra del Fuego!

Rumbo a Coyhaique, con mejor clima y con la carretera en buen estado Mauricio, a la hora de la pausa, los hizo probar el tallo de Nalca, una planta ornamental y comestible nativa de la zona del sur de Chile, todos quedaron muy contentos de probar algo nuevo y típico. Al llegar al hotel, los esperaba una variedad de muestra gastronómica local, cerveza artesanal, vinos y la cena de Año Nuevo para dar la bienvenida al 2015 de la mejor forma posible: realizando un sueño en moto. Paolo y Alessia incluso compartieron con todos un viagra hecho con jamón de llama que compraron en Barreal, Argentina durante el Self Guided Tour. Obviamente, entre ocho hombres y una mujer, las bromas y risas no faltaron para completar la velada.

El 01 de enero de 2015 fue un día tranquilo. Claudio y Alberto se quedaron descansando en el hotel y Fabio, Paolo, Alessia, Gionata y Eros esta vez cambiaron sus BMW por caballos y se dedicaron a pasear durante la tarde por los valles acompañados de un huaso local después de haber probado la adrenalina del rafting en el Río Simpson.

Los días siguientes continuaron ofreciendo a nuestros motoviajeros diversas sensaciones y vistas panorámicas inigualables.

El grupo afiatado disfruta las cenas, los kilómetros en moto, las pausas para los café y el almuerzo sacando fotos y admirando la belleza de la Patagonia. Los días avanzan rápido, pero no menos desafiantes. Cerca de Balmaceda enfrentan el primer frío austral, con 4°C y la humedad circundante deben avanzar como verdaderos corsarios entre las curvas descendientes que muestran un panorama cada vez más desolado. Son un poco más de 300 kilómetros diarios que no se acaban de hermosura, la carretera baja, rodea los ríos, el lago General Carrera, los colores cambian y todos se sienten encantados por la majestuosidad que les ofrece la ruta.  Tampoco faltan los imprevistos! Antes de llegar a Chile Chico, Enrique y Claudio toman un desvío en la carretera y se pierden, pero como las indicaciones son claras, después de un rato encuentran al grupo. Todos saben que esa noche, la ronda de tragos irá por cuenta de Enrique.

A medida que van avanzando hacia el sur, los paisajes van cambiando. Del verde de los bosques van pasando a las rocas áridas, los colores amarillos y rojos, la cadena de Los Andes va decreciendo, las alturas bajan y el entorno natural comienza a transformarse en la estepa patagónica. El viento inicia a desafiar aún más al grupo y ya se empieza a sentir la efervescencia de entrar a la famosa Ruta 40.

Los primeros kilómetros de la Ruta 40 predijeron la dureza del día siguiente, ya se empezaban a ver los guanacos cruzar la carretera al improviso y el viento se hacía insistente. Pero los siete motoviajeros, que nunca se rindieron, se sintieron recompensados a su llegada a Gregores a una verdadera y auténtica estancia donde la misma familia dueña de la propiedad los recibió y les contó la historia de cómo viven criando ovejas, caballos y vacas durante el año, con electricidad a generador y paneles solares. Todo mientras el cordero al palo se cocinaba a fuego lento, siempre haciéndose acompañar por un buen vino tinto local y los picoteos de jamón de guanaco. Sin duda, el estar ahí tan lejos de la civilización, fue una grata recompensa e incentivo para continuar con uno de los días más difíciles del Tour Patagonia y Tierra del Fuego: el tramo que los lleva a El Calafate.

Durante el almuerzo se enteran que este restaurante llamado “La Leona” es famoso porque desde ahí partían los escaladores hacia el Monte Fitz Roy, Enrique escucha atentamente porque él también es un aficionado a la escalada. También comentan que La Leona fue refugio de los famosos ladrones de trenes Butch Cassidy, Sundance KidEthel Place. La tarde continuaba y en los tramos asfaltados, Fabio inició a echar de menos la aventura en el ripio, así que se divirtió saliéndose de la carretera a perseguir los guanacos y grabar con su go-pro.

El segundo día de descanso de este viaje inmemorable, lo pasaron visitando el Glaciar Perito Moreno, donde el grupo pudo admirar el gigante de hielo. El silencio profundo y la sublimidad del lugar se vieron interrumpidos en ocasiones por el desprendimiento del hielo y en ocasiones por las risas y comentarios de los motoviajeros felices de estar cumpliendo su sueño. Pero no era lo último que les reservaba este viaje. Estaban recién preparándose para pasar al otro día por una de las Maravillas del Mundo: Torres del Paine.

A la mañana siguiente partieron temprano con frío y con tramos de asfalto y ripio. Enrique pinchó, pero el staff de Ride True ADV se encargó de solucionar el inconveniente sin comprometer la marcha del grupo mostrando capacidad y profesionalidad, cosa que los siete motoviajeros no vieron al llegar a la aduana argentina, donde los choferes de los buses de turistas se pasaron la fila sin respetar el orden de llegada y atrasaron a todos los demás.

Al entrar a Chile, el grupo se encontró con un grupo de turistas que comentaron que con la tormenta de viento no se podía disfrutar de la hermosa vista del Parque Nacional Torres del Paine, así que decidieron esperar hasta el otro día para visitarlo. Lamentablemente a las 6 de la mañana Claudio y Eros controlaron el clima y se dieron cuenta de que el cielo no había cambiado así que decidieron regresar a la comodidad del hotel. A las 09, todos tomaron sus cosas y partieron porque la Octava Maravilla del Mundo merecía ser vista y recorrida a como diese lugar. Las lluvias esporádicas y el frío no arruinaron la hermosura del lugar y menos el humor de los motoviajeros, que estoicos continuaron con su aventura…Ya faltaban solo 900 kilómetros para llegar a destino: Ushuaia, el fin del mundo. Con ese pensamiento en mente, avanzaron a mayor velocidad camino a Cerro Sombrero, sin dejar de visitar el famoso barco Amadeo, encallado en la Playa San Gregorio desde 1932, donde Alberto al acercarse al grupo que sacaba fotos, comentó que habían motos al suelo…lo que no dijo es que su moto era la que había caído sobre las otras, así que como ya se había hecho tradición, a la cena, la ronda de tragos otra vez corrió por cuenta suya.

El Ferry de Punta Delgada los llevó a la tan esperada Tierra del Fuego, donde obviamente la foto de rigor frente al letrero no faltó. Ahora estaban a un día o 450 kilómetros del fin del mundo y de haber logrado la meta. Cansados, pero satisfechos disfrutaron de la noche en Cerro Sombrero antes de partir hacia Ushuaia.

Al pasar por Rio Grande, los motoviajeros encontraron a la gente celebrando un ritual de Gauchito Gil, así que pudieron presenciar costumbres auténticas del lugar. Estaban recorriendo los últimos kilómetros y más adrenalínicos del viaje, hasta que a las cinco de la tarde, Alessia, Paolo, Eros, Alberto, Claudio, Fabio y Enrique llegaron a las puertas de Ushuaia, el fin del mundo, con una sonrisa de satisfacción y logro personal.

La celebración fue en un restaurante local donde todos los motoviajeros se sacaron la foto con el famoso letrero “Bienvenidos al culo del mundo” .Disfrutaron de la hostería donde alojaron, de la centolla fresca y de una grata excusión de rigor al día siguiente por el Parque Nacional Lapataia, donde todos se felicitaron por haber logrado el tan ansiado sueño. Paolo y Alessia, la única pareja; Enrique, el único mexicano que se sobrepuso a la barrera del idioma y logró llegar al fin del mundo sin experiencia en ripio; Fabio que viajó sin informarse a propósito para vivir esta experiencia y que quedó muy conforme con la organización y expectativas; Eros que no había tenido experiencia en moto de maxi turismo; Alberto y Claudio que fueron los primeros en inscribirse al Tour Patagonia y Tierra del Fuego y que llevaban cinco años planeando el viaje, finalmente lo lograron.

En definitiva, el último día en Punta Arenas fue el epílogo de muchas cosas, sensaciones, desafíos y satisfacción. Todos juntos disfrutaron de la última cena, compartieron sus experiencias, buenos deseos y agradecimientos y en un gesto muy especial, Alessia y Paolo dieron a todos los participantes un pequeño block donde cada uno escribió una dedicatoria a sus compañeros de viaje para volver a casa con algo más que un recuerdo, una verdadera experiencia en Patagonia y que nunca olvidarán.

El equipo de la Ride True ADV felicita a tan cálido grupo, estoico como ningún otro, unido y entusiasta, agradece por la amistad y por el honor de hacer de este viaje una aventura inolvidable.

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