Durante el tour Machu Picchu y Salar de Uyuni, recorremos la PE30 y llevamos al grupo a vivir un experiencia rica de belleza y emociones.
Llegamos a Nazca a través de la ruta Panamericana, la línea que sigue las costas del Océano Pacífico, para iniciar nuestro viaje al alba del día siguiente. Nos espera una intensa jornada de viaje a lo largo de la PE30, sin duda una de las rutas más bellas del mundo que, con un recorrido totalmente en subida nos llevará a más de 4800 metros sobre el nivel del mar.
La belleza de la PE30 se debe sobre todo a su trazado, compuesto de 600 kilómetros de curvas, el ambiente que todo motocicleta prefiere, y de una subida gradual y continua que llega a los 4800 metros después de lo cual bajamos ligeramente hasta los 4000. A la emoción de la ruta se suma la intensidad del escenario que hace que, debido a que desde el desierto de Nazca podemos alcanzar las cimas más altas del altiplano sudamericano. Esto nos permite experimentar el cambio gradual de temperatura, paisaje, fauna y vegetación; pasando de un ambiente desértico y arenoso al magnifico espectáculo de las grandes alturas. Además, recorriendo la PE30 encontraremos pequeños pueblos asentados entre las rocas y el verde, desde donde los habitantes pertenecientes a los pueblos aymara y quechua nos saludan al paso.
Lo que hace que la PE30 sea extraordinaria desde todo punto de vista es su paisaje, que reserva a los viajeros un continuo desfile de sorpresas: subidas, bajadas, valles espléndidos, ríos centellantes que atraviesa las rocas. Un recorrido intenso que deja la sensación de estar recorriendo diversos países, mientras que en realidad estamos siempre en Perú, un lugar con un excepcional patrimonio morfológico y cultural.
La jornada termina en el momento en que llegamos directamente al corazón del Valle Sagrado, punto de referencia de la cultura inca. Siempre, inmersos en la fascinante atmósfera de la civilización del Imperio, al anochecer llegaremos a Cusco, una de las más grandes ciudades sudamericanas, capital y símbolo del Imperio Inca.
Historia y naturaleza hacen de la PE30 una de las rutas más bellas del mundo, no sólo bajo el aspecto motociclístico, sino más bien por el perfecto mix entre la emoción del recorrido, la belleza del paisaje y lo fascinante de la cultura local. Con el valor agregado de la especialidad de la cocina peruana, que probaremos en Urubamba, donde alojaremos la noche antes de visitar las Ruinas de Machu Picchu.