Hace un poco más de un año, un grupo de 4 amigos italianos estaba intrigado con la idea de realizar un viaje rumbo al fin del mundo; hasta que finalmente Stefano, Marco, Roberto y Annamaria se animaron y se contactaron con Ride True ADV para recorrer Chile y Argentina con el Tour Patagonia y Tierra del Fuego.
Eran años que Stefano tenía pensado en realizar este viaje y tal como nos confesó, era un sueño al que no quería renunciar.
Los cuatro amigos llegaron a Osorno donde los esperaba Gionata, el Tour Coordinator, para prepararlos para estos 3980 kilómetros de aventura, asfalto, ripio, cruces en ferry y toda la belleza de estas tierras. El grupo de italianos había elegido la alternativa Premium por lo que los intensos kilómetros diarios serían muy bien recompensados cada noche al llegar a los hoteles 5 estrellas, lodge, spa y hoteles boutique seleccionados exclusivamente por Ride True ADV.
El grupo eligió afrontar este viaje en 3 BMW R1200GS y aprovechar la opción que ofrece Ride True ADV a los grupos privados con menos de cinco motos de no usar el vehículo de soporte, lanzándose de lleno en esta aventura incluso cuando entre ellos había quienes no tenían experiencia previa en ripio. A ese punto, la Carretera Austral y la Ruta 40 prometían convertirse en una excelente oportunidad para afinar la técnica de manejo.
Las motos estaban completamente equipadas y con maletas laterales, bolso de estanque y bolso seco, listas para que los Riders acomodaran su equipaje y dejaran sus propias valijas para que Ride True ADV las enviara al último hotel donde alojarían. Ese día, el viaje no iniciaría sin ameritar una cena de bienvenida en Osorno donde disfrutaron de una exquisita carne a las brasas con corte típico chileno y un tinto seleccionado por el especialista del grupo: Marco.
A la mañana siguiente estaban felices por empezar el viaje, partieron temprano rumbo a Bariloche subiendo por Los Andes lentamente para poder acostumbrarse a las motos, al ritmo de manejo en grupo y por sobre todo para empezar a disfrutar de los panoramas maravillosos que ofrecía la ruta.
Después de unos pocos kilómetros en medio del gris húmedo de la mañana, realizaron el primer cruce fronterizo entre Chile y Argentina: el Paso Cardenal Samoré y ya la hora del almuerzo estaban disfrutando de la panorámica del mirador frente al Lago Nahuel Huapi. Annamaria, dejando entrever su pasión por las flores, quedó fascinada por los contrastes colorados y perfumados que daban un efecto particular al escenario virgen de la zona.
Al llegar al hotel los esperaba un relajante baño de agua caliente en una piscina externa con vista al Lago antes de salir a disfrutar de la noche en la ciudad y de una cena donde continuaron con la degustación de carne argentina y Marco, el especialista del grupo, se adjudicó definitivamente la función de elegir siempre el mejor vino para cada tipo de comida durante todo el Tour Patagonia y Tierra del Fuego.
Al día siguiente los cuatro Riders hicieron su estreno en ripio rumbo a Trevelín y siguieron hasta llegar al Parque Nacional Los Alerces donde se relajaron frente al panorama, rodeados por las flores moradas que tanto gustaron a Annamaria. En ese hermoso lugar, disfrutaron de un rico almuerzo gourmet. Stefano, Marco, Roberto y Annamaria estaban felices de recorrer en moto las curvas entre las montañas y los bosques del sur del mundo. A la llegada al lodge de Trevelin alzaron las copas celebrando los primeros kilómetros de éxito y probaron una auténtica trucha patagónica.
El tramo desde Trevelín hacia Puyuhuapi fue la prueba de fuego para Roberto y Annamaria, ellos mismos nos cuentan que en un principio no creían que lo iban a lograr. Roberto no había manejado nunca una moto como la BMW y menos en ripio. Pero las características del terreno no dejaron amedrentar a la pareja y en medio de los parajes verdes de la Patagonia, la Carretera Austral los acogía. Antes del almuerzo, Gionata los invitó a cruzar el rio Futaleufú a través de un puente colgante para tomar un momento de descanso antes de continuar. Pero el día no terminaba ahí ni los desafíos tampoco…
Después de la pausa para cargar gasolina, iniciaron los trabajos en la ruta y el ripio suelto, las piedras y los diferentes obstáculos del camino añadieron dificultad sobre todo para la pareja. Incluso Stefano dice que ese fue el día más difícil del Tour Patagonia y Tierra del Fuego. También Marco recuerda que en algunos momentos la ruta lo puso a prueba, ya sea desde el punto de vista físico como motociclístico, pero también le dejó grandes emociones.
Un pequeño viaje en barca los llevó a su destino en el lodge de Puyuhuapi, donde se dieron cuenta de que tenían toda la estructura a su disposición. Eran los únicos huéspedes así que pudieron descansar de aquella larga jornada y disfrutaron de las piscinas de agua caliente al aire libre con vista a la bahía. También se deleitaron con la delicada gastronomía seleccionada para ellos y un vino chileno. Para todos, fue uno de los días preferidos.
A la mañana siguiente, mucho más relajados y con tantas ganas de continuar con esta aventura, el grupo de Riders se dispuso a partir temprano hacia Coyhaique. Pero la Carretera Austral los seguía desafiando. Esta vez, el clima de la Patagonia les dio una demostración de lo impredecible que puede llegar a ser. Después de una hora manejando, comenzó a llover como nunca en esos días hasta que tuvieron que parar para ponerse todo el equipamiento de lluvia y así continuar sin problemas. Cuando estaban por prepararse para almorzar, un huaso chileno les ofreció reparo en su casa y los cuatro amigos tuvieron la oportunidad de conocer a la gente del pueblo y compartir con él un grato momento.
Al llegar a Coyhaique, a pesar de haber enfrentado la lluvia, aún tenían ánimo para recorrer la ciudad y obviamente seguir disfrutando de este Tour exclusivo que además de llevarlos a gozar de las mejores rutas y lugares maravillosos, los invitaba a seguir probando las exquisiteces de la gastronomía local como el lomo vetado, las entradas típicas, las ensaladas frescas, las papas duquesas tradicionales del lugar y el infaltable cabernet sauvignon.
La aventura estaba apenas iniciando, estaban recorriendo la Carretera Austral y habían visto los paisajes que la rodean y estaban por vivir la experiencia de la estepa argentina.
Partieron el quinto día del Tour Patagonia y Tierra del Fuego rumbo a Los Antiguos muy temprano por la mañana, a las 07 am ya estaban listos para continuar con la travesía. Gionata les había advertido la noche anterior que esa jornada sería la más larga y a medida que irían avanzando hacia el sur, los paisajes irían cambiando. De hecho, los cuatro Riders se sintieron envolver por el escenario que desde el verde de los bosques pasaba a lo árido, los colores amarillos y rojos, la Cordillera de Los Andes bajaba en altura y el entorno natural daba paso a la estepa. El viento iniciaba a desafiar al grupo dándoles la bienvenida a la famosa Ruta 40.
Los primeros kilómetros de la Ruta 40 significaron para Marco, Stefano, Roberto y Annamaria un desafío y una gran aventura. Empezaron a ver los guanacos cruzar la carretera al improviso y el viento se hacía insistente. Para Marco fue una experiencia hermosa sobre todo porque disfrutó de manejar en rutas de tierra dejando a espaldas una polvareda. “Da como una sensación de mini Dakar”, comenta y a Stefano le sorprendió la aridez que encontraban a su paso.
Ese día, en Gregores, los cuatro motoviajeros llegaron a una verdadera y auténtica estancia donde la familia propietaria los recibió. Stefano quedó asombrado cuando el dueño le contó que se necesitaban 5 hectáreas para hacer crecer a una sola oveja. El lugar y la cena fue para todos lo mejor, sobretodo porque estaban lejos de la civilización, en una estancia rústica, exclusiva, atendidos por un auténtico gaucho tehuelche que cocinaba con tanta pasión el cordelo al palo.
Pasaron una noche tranquila, felices de estar ahí, en medio de la estepa argentina compartiendo un sueño. Al día siguiente aprovechando que sería una jornada de pocas horas de manejo, el grupo decidió realizar una cabalgata a primera hora de la mañana para relajarse y recorrer el territorio, acompañados por un gaucho. A las 10 de la mañana estaban listos para el tramo desde Gregores a El Calafate.
En un principio los kilómetros de ripio continuaron haciendo difícil el recorrido, pero avanzaron sin problemas ni inconvenientes. Al almuerzo ya estaban en La Leona, famosa entre los aficionados a la escalada por ser el punto de inicio hacia el Monte Fitz Roy. Después de probar los platos típicos de la zona, continuaron por tractos asfaltados, y a la hora de la cena ya en El Calafate, disfrutaron de los privilegios de un hotel cinco estrellas con una vista maravillosa que les permitía contemplar los icebergs que flotaban en el lago Argentino.
Se programó el primer día de descanso en El Calafate. Esta vez, los Riders dejaron las motos en el hotel y un transfer los pasó a buscar con un guía para llevarlos a realizar un Tour privado por uno de los lugares más ricos desde el punto de vista geológico y paisajístico de la zona: el Glaciar Perito Moreno. Un gigante polar en movimiento con un frente de 5 km!
Mientras los cuatro amigos admiraban la inmensidad de la naturaleza en el Glaciar, en el Hotel, Gionata realizaba una mantención de control a las motos para asegurarse de que estuvieran en perfectas condiciones para continuar con el viaje. Durante la noche probaron platos de pescado hechos al estilo patagónico.
El itinerario continuó con la siguiente parada: Torres del Paine, la octava Maravilla del Mundo. Partieron temprano a través de la Ruta 40 alternando entre ripio y asfalto. El día con mucho viento no fue difícil, pero siempre estuvieron atentos a los animales y al ganado que se les cruzaba por el camino.
Al ingresar a Torres del Paine por Cerro Castillo se toparon con un imprevisto: habían trabajos en la ruta que los llevaba al hotel al interior del Parque, pero Gionata logró que los obreros dejaran pasar a los aventureros con las motos por un pequeño tracto a pesar de los trabajos. En el hotel donde alojaron esa noche, los cuatro amigos disfrutaron de un exquisito aperitivo frente a una vista maravillosa pensando en los pocos kilómetros que los separaban de su destino.
Al día siguiente partieron temprano para dar un recorrido, 180 kilómetros de Parque Nacional con un ripio fantástico y un día soleado que dejaba al descubierto los picos de la montaña…definitivamente una maravilla. Al llegar a Puerto Natales el grupo continuó rumbo a Tierra del Fuego con un viento que Annamaria no olvidará nunca y a la hora de cargar gasolina, Stefano se dedicó a lavar la moto “así andará más rápido y gastará menos gasolina” comentaba riendo.
Camino a Cerro Sombrero visitaron el famoso barco Amadeo, encallado en la Playa San Gregorio desde 1932, las fábricas abandonadas y los lugares de interés en el puerto.
El Ferry de Punta Delgada los llevó a la tan esperada Tierra del Fuego, donde los cinco amigos y compañeros de viaje realizaron una danza ritual frente al letrero, exorcizando prejuicios y dejando en claro que no importa la edad para cumplir un sueño.
A tres días de terminar el Tour y a poco menos de 500 kilómetros del fin del mundo, los cuatro Riders vencieron el cansancio después de un rico almuerzo gourmet frente al Lago Garibaldi donde también, como verdaderos italianos disfrutaron de un café expreso como no lo habían encontrado antes en Patagonia.
Al llegar a Ushuaia, el fin del mundo la sonrisa no se borró de la cara de ninguno de los cuatro integrantes del grupo. La fuerte tenacidad de Roberto y Annamaria los hizo sentir orgullosos y felices de haber logrado desafiar el ripio con éxito. Marco con toda su experiencia motociclística no había manejado en un terreno como la Patagonia y sin embargo estaba ahí experimentando una sensación indescriptible. Stefano que viajó a pesar de la preocupación de su hija, había cumplido un sueño.
Todos tuvieron un merecido reposo durante el día de descanso en Ushuaia para recorrer la ciudad y vivir al máximo el epílogo de esta experiencia y obviamente continuaron festejando después de la visita de rigor al Parque Nacional Lapataia.
Para ellos, los dos últimos días del Tour Patagonia y Tierra del Fuego era la etapa más fácil, nada parecía acobardarlos y estaban recargados de energía, salieron a las cinco de la mañana desde el hotel con solo 3°C para tomar a tiempo el ferry que los llevaba a Punta Arenas. Descansaron en el barco y llegaron a la ciudad con una victoria en mano. Estaban listos para tomar el avión hacia Santiago, la capital de Chile para celebrar al anochecer durante la última cena con champaña, felices de haber vivido esta experiencia y con ganas de continuar, esta vez hacia el norte.
Definitivamente estos cuatro viajeros no se rinden y ya piensan en ir más allá, rumbo a otras civilizaciones… a explorar el altiplano, a desafiar las alturas y descubrir la selva boliviana…